En estos tiempos vemos como la sociedad está sufriendo amplias, profundas y rápidas transformaciones de toda índole que no han dejado de repercutir en las personas y finalmente en su núcleo primordial: la institución familiar.
Los retos que producen estos cambios están siendo enfrentados por muchas personas permaneciendo fieles a los valores fundamentales que la constituyen. También hay mucha gente que se ve inmersa incluso en profundas crisis emocionales y otras situaciones que alteran su desarrollo y crecimiento personal pleno afectando la familia y obviamente la sociedad.